miércoles, 8 de julio de 2015

Enamorada de mi mejor amigo

Estuve mucho tiempo enamorada de ti y empecé a salir con mi novio para olvidarte…

Hola a todos yo soy una chica bastante normal no suelo destacar en clase, no tengo muchas amigas, aunque las que tengo son las mejores y espero que sean para siempre y mi mejor amigo es el amor de mi vida, o eso pensaba antes de que mi vida cambiara por completo.
Toda mi vida había estado con mi mejor amigo y siempre pensé que acabaríamos juntos porque éramos inseparables. Llevo enamorada del desde los seis años cuando le regalé un dibujo de nosotros casándonos y el me respondió con un dibujo. Pero claro que con 6 años no sabía lo que hacía.
Pasaron los años y empezamos a quedar casi todos los días. La mayoría de las chicas de mi clase pensaban que yo estaba enamorada de él, ¿y quién no? ¿No se notaba?, pero el único que no se daba cuenta era el así que por miedo a estropear lo nuestro me intente enamorar de alguien y estuve unos años bastante pillada de uno de mi clase que se llamaba Adrián, era bastante alto, tenía el pelo largo rubio y unos ojos muy verdes que casi parecían no ser reales, aparte él era muy divertido y siempre me sacaba una sonrisa. Un día cuando estábamos en clase me dijo que llevaba un tiempo enamorado de mí y que se yo quería podíamos empezar a salir juntos yo conteste que sí, muy ilusionada. Él iba a ser mi primer novio y era el chico perfecto. Cuando estaba al lado de mi novio y el me acaricia me hacía sentir muy especial y única, como si solo estuviéramos él y yo en este mundo. Siempre recordare el día en que me dijo esas dos palabras que nunca nadie me había dicho. Y desde ese día empecé a imaginármele como el chico con él quería  estar el resto de mi vida. Pero no me quería acelerar, yo todavía era muy joven para eso. Aunque de lo que estaba segura era de que yo también le quería  mucho.
Yo me sentía súper feliz como en cuanto de hadas. Seguía queriendo a mi mejor amigo pero solo como amigos. Pero un día paso algo que jamás me había podido imaginar. Esto paso un día que me quede en la casa de mi mejor amigo, que parecía algo distante y le pregunte: ¿te ha pasado algo malo? Él dijo que no que solo era que estaba algo triste. Le pregunte que porque, que si alguien le había hecho algo. En ese momento me confesó que había estado mucho tiempo enamorado de mí y que se había puesto muy triste cuando se enteró que yo salía con alguien. También me conto que nunca tuvo el valor de decirme nada porque no quería que se rompiera nuestra amistad. Yo no sabía qué hacer si decirle lo enamorada que había estado de él o si dejarlo ir,  porque le podría confundir y yo no quería dejar a mi novio porque le quería de verdad. Pero tampoco quería que mi mejor amigo se enfadara conmigo y nos distanciemos. Así que le dije: yo te quiero solo como a mi amigo, a mi hermano, pero no puedo salir contigo, yo tengo novio y no me gustaría que nuestra amistad se estropeara solo por esto. Ya pensaba que fueras a decir eso me dijo el, era imposible que tu fueras por mí, me mordí la lengua, pero no aguante más, así que le conté mi secreto que pensé que nunca le contaría.
Estuve mucho tiempo enamorada de ti y empecé a salir con mi novio para olvidarte,  pero la verdad es que ahora le quiero de verdad. Pero por favor me gustaría que nosotros sigamos siendo mejores amigos. El me conto que no me preocupa que nuestra amistad nunca acabaría por algo así. Le dí un abrazo, la verdad es que en el fondo aunque quisiera mucho a mi novio me había costado mucho decirle eso, porque él fue mi primer amor y eso nunca se olvida, el primer amor es eterno.

Los momentos a tu lado

Por qué siempre sabes que estaré aquí…

Como bien sabemos no todas las historias comienzan con un “Había una vez” así que esta historia es un poco especial.
No siempre el primer amor es tu primera novia en la vida, así que esta es mi historia de mi primer amor grande y verdadero. Mi nombre es Alberto, un chico desorientado, tal vez por la sociedad, tal vez por gusto propio no es algo que podamos apreciar con simple facilidad, lo único que se hoy es que estoy enamorado, sí enamorado de la persona más maravillosa del mundo.
Creemos que las redes sociales solo son para aparentar lo que no somos, para creer que podemos ser más de lo que demostramos pero en ocasiones encontramos un poco más que eso, así es como empieza mi historia de amor, en un día tan casual como cualquier otro llegas cansado aburrido o simplemente sofocado de la vida tan cotidiana en la que interactúas, prendes tu ordenador, celular y todo aquello que te comunica con el mundo solo para saber que ella está ahí, los nervios te matan y la ansiedad es cada vez mayor. Si es ella, quien no conoces y cuentas todo lo acontecido en tu día, a quien le cantarías y dedicarías canciones el resto de la noche.
Llega el preciado momento en que la conocerás en persona y ahí esta tan radiante como siempre, sabes que la conoces y te conoce y nunca han cruzado palabra, tu cuerpo tiembla de emoción, tu boca se paraliza y no sabe más que tartamudear cada que se presta la ocasión, pero no paras es tu momento y oportunidad. No puedes mentirte, no puedes dejar de mirarla, y tu mente empieza a jugar contigo, divagas y quieres decirle todo lo que sientes, pero crees que no es el momento, o peor aún ella no siente lo mismo, decaes en el miedo y desesperación, pero lo afrontas y disfrutas el momento, pasan los días, las horas, los minutos y segundos y llega la segunda cita después de varias llamadas y decides que debes afrontarte a tu temores al amor.
Ahí está ella caminando en un día nublado y lluvioso, pero nada de eso importa ella va tu lado podría estar cayendo el cielo en pedazos y nada de eso importaría al fin sientes que hay un destello de luz en tu corazón, una diminuta pero valiosa sensación de que ella se fijara en ti, de repente llega un punto crucial antes de la despedida, sabes que es el momento adecuado, tu respiración es más rápida, tu corazón acelera, tiemblas de emoción y de temor, no sabes que harás, sin pensarlo estas en el momento más romántico de tu vida un beso bajo la lluvia, en un día tan especial para ti desde ese momento, son solo unos segundos pero no quieres que termine nunca, mas sin en cambio no tienes como congelar el tiempo así que es inevitable una despedida, pero eso no es un problema puedes esperar y continuar por qué sabes que solo será un momento, y ahora solo aguardas a que el tiempo pase más rápido para volver a estar a su lado, escribes todo lo que viene a tu mente con relación al amor, buscas cualquier excusa para decir lo valiosa que es ella para ti y sabes que es la verdad la amas y quieres imaginar toda una vida a su lado.
Ahora ha transcurrido más de un año y hemos vivido nuevas experiencias y tanta felicidad ella me ha dado no cambiaría ni un pequeño momento que he estado a su lado, este apenas es el presente y aun no sé que me depare el futuro a lado de ella, solo sé que será un:
“Vivieron felices para siempre”.

El amor de mi vida

Cuando se marcharon a estudiar fuera mi mujer y yo vivimos un segundo noviazgo

Mi mujer y yo empezamos a salir cuando éramos unos adolescentes y no sabíamos nada de la vida. Quedábamos, íbamos al cine, a pasear, poca cosa más. Fuimos novios durante 5 años y nos casamos, nos fuimos a vivir juntos y empezamos una vida en común.
A los 2 años nació nuestro primer hijo, y tres años después el segundo. Nuestra vida era cómoda y sin complicaciones, los dos trabajábamos y con ayuda de nuestros padres cuidábamos de los niños que fueron creciendo en una familia feliz.
Cuando se marcharon a estudiar fuera mi mujer y yo vivimos un segundo noviazgo al quedarnos solos y resultó maravilloso, volvíamos a salir solos, sin preocupaciones, hicimos viajes y fue como si volviésemos a ser novios.
Seguimos en este estado de “novios” y es una maravilla. Cada día que pasa la quiero más y me siento mejor a su lado, comprendido y respetado. La amo con toda mi alma.

Feliz a mis más de 60 años

Mi amiga me llamó para decirme que Pablo se había fijado en mí


Lo que dicen de que cuando menos lo esperas ocurre algo maravilloso es así en nuestro caso, ya que sin esperarlo ni mucho menos buscarlo a nuestros más de 60 años nos hemos vuelto a enamorar.

Yo llevaba unos años separada de mi primer marido y padre de mis dos hijos, el matrimonio fue bien pero con el paso de los años nos volvimos unos extraños completamente, y no hacíamos nada juntos ni teníamos ningún tipo de vida en común, yo estaba siempre con mis amigas o mis hijos, él con sus amigos y sus cosas, en fin, que no convivíamos apenas y aunque fue muy duro para todos decidimos que lo mejor era separarnos.

La verdad es que nunca esperar que algo así ocurra, y más a una edad como la mía que piensas que tu marido será para siempre, que no es posible separarte a los 50, en fin, da vértigo pero si no hay amor tampoco hay necesidad de hacernos más daño. Fue mejor para todos, todo fue amistoso y ahora vivimos mejor separados.

A Pablo le ocurrió algo parecido, no llevaba tantos años separado como yo pero el motivo de su ruptura fue bastante similar unido a discusiones continuas (en mi caso no las había). Él no tenía hijos y fue más fácil para todos.

Nos conocíamos de vista ya que vivimos en el mismo barrio y más o menos te sueles encontrar en los mismos sitios, es una ciudad pequeña. Me enteré de que se había separado al poco tiempo de haberse quedado solo, lo veía ir a comprar, tomarse un café en el bar, no sonreía demasiado y cuando lo veía me daba que pensar. Recordaba mi separación… No sé cómo decir, no me resultaba indiferente, no él como hombre, que tampoco me fijaba en eso, si no el pensar en lo que estaría pasando.

Un día coincidimos en una cafetería y un amiga mía que lo conoce se paró a saludarlo, me lo presentó así “oficialmente” (como os digo conocernos ya nos conocíamos de vista) y se quedó con nostras tomando algo. Fue una tarde agradable y creo que le vino bien para distraerse. Después, por la noche ya en casa, mi amiga me llamó para decirme que Pablo se había fijado en mí.

¿En mí? ¿A mis más de 60 años? Era imposible!! Pero no os engañaré y os diré que me sentí muy halagada, creo que nadie había demostrado nunca interés por mí excepto mi marido, hacía ya tantos años que había olvidado esa sensación. Le dije a mi amiga que él también me había caído bien y ahí comenzó un trabajo de “celestineo” absoluto por parte de mi amiga.

Consiguió que quedásemos solos varias veces, y empezamos a quedar para tomar un café todas las mañanas, y algún fin de semana nos íbamos de excursión por ahí, todo fue bastante lento, o al paso que debía ir, porque los dos teníamos miedos, vergüenzas, pero también recuperamos unas ilusiones que habíamos olvidado por completo.


Pablo y yo nos enamoramos como si fuese la primera vez, o quizá mejor, porque cuando eres mayor tienes experiencias que te ayudan a ver las cosas de otra forma. Hace dos años que estamos juntos, vivimos juntos, mis hijos lo llevan bien, incluso mi ex marido lo lleva bien, al principio sorprendió a todos, pero Pablo es tan maravilloso que se ha ganado el corazón de toda mi familia y sobre todo el mío.

Mi compañero de baile

Yo no quería ilusionarme porque me daba mucho miedo.

Yo no pensaba que encontraría el amor a mis años pero ha aparecido en mi vida alguien especial. Se llama Antonio y nos hemos conocido en un bar al que solemos ir a bailar los fines de semana. Tengo 58 años y soy viuda, y él tiene 66 y está divorciado hace muchos años. Nos gusta bailar y con unos grupos de amigos nos solíamos encontrar en ese bar, un día empezamos a hablar, me sacó a bailar, nos reímos, estuvo bien, pero yo la verdad que desde que mi marido murió nunca me he fijado en nadie, y eso que mis hijos me animan a ello pero no.
Pero él fue diferente, nos fuimos viendo en aquel bar y surgió una amistad muy bonita, quedábamos entre semana para pasear y tomar algo, y el finde a bailar, se lo conté a mis amigas y todas se ilusionaron, yo no quería ilusionarme porque me daba mucho miedo, tampoco sabía qué sentía él, o qué pensaba, mis amigas me decían que si quedaba tanto conmigo era por algo, que seguro que sentía lo mismo, pero es muy complicado, me sentía mayor y tonta, ligar a mis años!
Pero él lo puso muy fácil, me trataba como una verdadera reina y me hizo sentir especial. Un día estábamos bailando y me dijo que me quería, que estaba enamorado de mí y que quería estar conmigo siempre. Fue el momento más bonito de mi vida, quién me lo iba a decir a mí! Nos dimos un beso y desde entonces todo ha sido maravilloso y especial, hemos comenzado una relación muy bonita, nuestros hijos y amigos están super contentos, porque nos ven tan bien, estamos tranquilos y felices, nunca se sabe cuándo va a pasar algo bueno, siempre cuando menos te lo esperas.

Nunca pensé que nos enamoraríamos

Los dos ya veníamos de relaciones intensas 
que habían terminado fatal.

Cuando la conocí nunca imaginé que viviríamos esta historia de amor, porque todo empezó bastante frío entre nosotros, quedábamos de vez en cuando pero no había sentimientos, nos lo pasábamos bien juntos, teníamos sexo, nos reíamos, en fin, algo bastante físico.
Estuvimos así un tiempo largo, y al final pasó que nos enamoramos. Yo no me lo imaginaba y no por nada, porque es una mujer maravillosa, quizá por eso, porque era como demasiado para mí, entonces no imaginaba que pudiésemos llegar a mucho más que eso.
Además, los dos ya veníamos de relaciones intensas que habían terminado fatal y estábamos bastante escarmentados, y tenemos una edad como para estar con tonterías y pasarlo mal, cansados de todo!
Pero pasaba el tiempo, cada vez mejor juntos, sin malos rollos, todo era fácil, divertido y cómodo, nos gustaba estar juntos, y cuando nos dimos cuenta estábamos metidos en una relación preciosa que nos hace muy felices a los dos.
Por eso quiero decir a todas aquellas personas que tienen miedo a sentir, miedo a enamorarse, que se den una oportunidad, que puede salir bien, y quien no lo intenta nunca sabrá lo feliz que se puede ser.
Te quiero Esther.

Me dijo que me amaba pero yo no le creí


Al parecer todo lo que me decían de él era verdad.
Yo conocí a un chico llamado Alex, él fue muy lindo conmigo, empezamos a ser novios y poco después llegaron chismes a mis oídos que Alex tenía otra novia y que a mí solo me estaba utilizando, yo se lo dije a él y le pedí la verdad y sólo me dijo que eso era mentira pues yo ya lo empezaba a querer de verdad y le creía todo lo que me decía pero cuando intenté dejarlo me dijo te amo y yo no pude resistir, lo besé y me alegré tanto que no pensé más en terminarlo.
Poco después vinieron problemas con mi familia, decía que él fumaba marihuana pero yo no creía nada de eso porque lo que a mí me importaba es que los dos nos amábamos, pues hubo un día en que mi mamá me dijo o lo terminas o te saco del colegio pues no me quedó otra que terminarlo pues él no lo aceptaba, él andaba en práctica del colegio y me decía que lo esperara para que habláramos de esto pero yo no pude esperarlo, en fin, él volvió y al parecer todo lo que me decían de él era verdad, sólo que lo de la marihuana nunca lo pude confirmar.
Al final me sacaron del colegio, nos dejamos, él habló muchas cosas de mí, pasaron 2 meses y él volvió y me pidió perdón por todo y me dijo que me amaba, pero yo no le creí y tampoco lo perdoné, después un día que nadie esperaba yo me vine a vivir al otro lado del mundo y desde que me pidió perdón no he vuelto a tener comunicación con él pero yo creo que todavía lo amo y mucho, él me hizo conocer una linda etapa y esa etapa fue “El Amor” pero siempre quise saber si de verdad me amó, yo pienso que sí me amó porque me lo dijo llorando pero yo ya no confiaba en lo que me decía, ya era tarde pero hace unos días sentí la falta de él, lloré en mi habitación y lo perdoné porque es más grande la falta de él que el error que había cometido

Solo nos mirábamos suspirando…

Mientras caminaba hacia el mostrador ambos de reojo nos mirábamos.

Yo sólo caminaba, mi intención no era clara, crucé dos calles entrando al lugar, un videoclub lleno de estanterías rebosantes de películas, a los primeros pasos que entré la vi a ella, era aquel entorno apagado y descolorido en donde dos grandes puntos verdes brillantes me señalaban junto a una sonrisa picara y seductora, acompañado de un sentimiento totalmente desconocido embriagador y sin sentido.
Mientras caminaba hacia el mostrador ambos de reojo nos mirábamos, fue entonces cuando un señor me atendió y yo lo miraba veía su boca moverse pero para móestaba mudo, aunque igual no tenía la intención de encenderle pues estaba totalmente intrigado e impaciente por voltear y verla de nuevo, ya que la curiosidad me mataba.
Al fin volteé y la vi camuflándose entre los estantes mirando uno y otro, mientras hacía eso yo empecé a seguirla, ella continuaba con su sonrisa pícara y una mirada imposible de rechazar,de pronto paró de caminar entre medio de los dos estantes más próximos a la puerta, luego salió por la misma y yo borracho y melancólico seguí tras ella, al salir me tomó de la mano y cruzamos a la acera del frente, nos sentamos en una mesada y ordenamos café, en la misma mesa no hablábamos, solo nos mirábamos suspirando y riéndonos entre tazas y tazas de café lo cual fue mejor que haber hablado, de pronto me toma de la mano de vuelta y me tironea del brazo llevándome dos cuadras por la misma manzana hasta su casa, cuando ella abre la puerta le robo un beso, cierro la puerta bruscamente de una patada.
La habitación se llenaba de ropa revuelta por aquí y por allá, mientras nos besábamos entre risas y más miradas como aquellas tremendamente eufóricas, era algo fuera de serie, de pronto cuando solo queda la ropa interior que sacar el primer paso fue levantarla con mis brazos a nivel de mi cadera acompañado de más besos y lo próximo fue dar un tour por su casa tirando sillas, desordenando cosas, con el único fin de encontrar su cuarto pues nunca estuve en su apartamento pero al fin llegué a su cuarto la recuesto sobre la cama y lo siguiente creo que es algo más personal y fuera de contexto jaja.
El detalle más grande de la historia es que es un sueño, lo más extraño es que al mes tuve otro sueño con la misma mujer de ojos verdes y rápidamente al instante la reconocí ya que ella no hablaba me seduce incansablemente con miradas y sonrisas. Igualmente creo que lo más relevante es que he conocido a una chica casi igual a la misma del sueño con esos ojos verdes saltones y ese pelo oscuro ondulado.

Últimos días en mi casa de soltero

Le acaricié una mejilla, le rodee el cuerpo con mi brazo derecho y la atraje hacia mí…

Con Luciana nos hicimos amigos desde los tiempos de la escuela secundaria, cuando provenientes de otra ciudad, mis padres adquirieron la casa, contigua a la de ella en Bahía Blanca – Argentina. Frecuentábamos el mismo club y compartimos algunas de las actividades deportivas, como natación y tenis.
Además de inteligente, simpática e ingeniosa era una chica bonita y se convirtió en una mujer muy linda. La naturaleza la dotó de atributos femeninos privilegiados: alta más que el promedio, cabello azabache, ojos increíbles, rasgos faciales delicados, seno, cola y piernas intachables. Era casi inevitable fantasear con ella, pero, conmigo sólo había habido amistad.
Se casó y se quedó a vivir en la casa de los padres. Yo en cambio me mudé a (y sigo residiendo en) otras ciudades llevado por mi profesión. Con el tiempo, lamentablemente, fallecieron mis padres y mis dos hermanos por lo que decidí poner en venta la propiedad que había heredado.
Concretada, después de un espera prolongada, la operación, antes de la entrega al comprador, dejé por una semana mis ocupaciones de profesional independiente, y me instalé en la casa (solo ya que estaba separado, tramitando el divorcio con mi esposa) para hacer un escrutinio del contenido (menos los muebles que estaban incluidos en la venta) para definir con que quedarme, que regalar o que dejar para que los nuevos dueños, decidieran. Ya el primer día, vinieron a saludarme vecinos, conocidos y un par de ex compañeros de escuela. Luciana fue una de las primeras, alojada en la casa de al lado, no tardó en detectar mi presencia. Me saludó con vivas muestras de alegría y prometió (y cumplió) venir todos los días para ponernos al día sobre nuestras vidas.
A la tarde del tercer día consumimos un par de tazas de café, siguiendo con el intercambio de relatos de vivencias personales varias, sentados frente a frente en el living, yo en el sofá, ella en un sillón. De pronto noté que Luciana, cada pocos segundos, me enviaba miradas furtivas y leves intentos para llamar mi atención: cruzar y descruzar las piernas, tamborilear los dedos en el apoya brazos, pequeños suspiros,….. Finalmente se incorporó y vino a sentarse a mi lado. Se quedó largos segundos con sus ojos fijos en los míos, suspiró una vez más y:
– ¡Juan!!!…¿Cuántos años hace que te conozco? –
– Siempre nos llevamos muy bien ¿no es así? – continuó
– ¿Por qué, en todo este tiempo, nos conformamos en ser sólo amigos? – agregó.
Me pareció que estaba turbada, ansiosa y no se esforzaba en disimularlo.
De sorprendido y perplejo pasé a verla de forma diferente, a tomar conciencia que, sin tapujos, ella me daba a entender el deseo de cambiar nuestras relaciones de amistosas a amorosas.
-Sí, nos conocemos desde hace más de 30 años y, concuerdo, siempre fuimos muy compinches. Ganas no me faltaron de algo más y, no me faltan ahora pero ¿y tu marido?-
-¡No me hables de ese cretino!!-
A juzgar por los ojos, su aversión no era sólo hacia alguien, sino contra toda la humanidad.
Con la intención de distenderla, le dije en broma:
-No sabía que te habías casado con uno de la isla de Creta.-
Le gustó la ironía, aflojó la expresión en su rostro:
-No es el caso de mi cretino. El sufre de cretinismo total. –
Le acaricié una mejilla, le rodee el cuerpo con mi brazo derecho y la atraje hacia mí y, por primera vez en tantos años, rocé con mis labios los suyos. Eché hacia atrás mi cabeza para calibrar el efecto de mi atrevimiento o tanteo para calibrar hasta donde avanzar.
En sus ojos vi reflejadas mis fantasías eróticas y los incendios de su mente. Inmediatamente después de un corto período de contemplación percibí como su piel exudaba un aroma seductor irresistible.
Ella debe haber recibido el de mi piel exacerbada. Nos besamos desaforadamente.
La vetusta cama de mis padres, se vio sacudida del letargo de tantos años, y sometida a solicitaciones más propias de veinteañeros que de un par, próximos a los 50 años de edad, desmadrados por la pasión y el placer mutuo. Desde esa tarde, me sentí y comporté como un adolescente enfermo de amor. Luciana pasó a ser casi todo en lo que puedo pensar. O estoy con ella, o ella está en mis pensamientos.
En rigor, hace más de un año que está conmigo, ella también dejó su casa paterna. Y a su “cretino” por supuesto. Disfrutamos en cualquier momento y lugar del calor mutuo y del aroma íntimo de la mujer deseada, yo.
El amor es increíble a cualquier edad. Aun me pregunto cómo, teniéndolo a la vista tanto tiempo, tardé tanto en reconocerlo.
Quiero envejecer junto a ella.
Pensándolo, con la perspectiva que da el tiempo, creo que me casé con mi primera esposa, por el hecho de que era hermosa y estaba enamorado aunque no tenía idea cabal de nuestras aptitudes para unirnos y convivir. Con Luciana comparto, además de tres décadas de amistad y de confidencias, la pasión por la literatura, el intercambio/crítica de ideas, la afición por el teatro, los viajes. Lo cual, no es garantía del 100% pero es una buena receta para la compatibilidad y convivencia a largo plazo.

Últimos días en mi casa de soltero

Le acaricié una mejilla, le rodee el cuerpo con mi brazo derecho y la atraje hacia mí…

Con Luciana nos hicimos amigos desde los tiempos de la escuela secundaria, cuando provenientes de otra ciudad, mis padres adquirieron la casa, contigua a la de ella en Bahía Blanca – Argentina. Frecuentábamos el mismo club y compartimos algunas de las actividades deportivas, como natación y tenis.
Además de inteligente, simpática e ingeniosa era una chica bonita y se convirtió en una mujer muy linda. La naturaleza la dotó de atributos femeninos privilegiados: alta más que el promedio, cabello azabache, ojos increíbles, rasgos faciales delicados, seno, cola y piernas intachables. Era casi inevitable fantasear con ella, pero, conmigo sólo había habido amistad.
Se casó y se quedó a vivir en la casa de los padres. Yo en cambio me mudé a (y sigo residiendo en) otras ciudades llevado por mi profesión. Con el tiempo, lamentablemente, fallecieron mis padres y mis dos hermanos por lo que decidí poner en venta la propiedad que había heredado.
Concretada, después de un espera prolongada, la operación, antes de la entrega al comprador, dejé por una semana mis ocupaciones de profesional independiente, y me instalé en la casa (solo ya que estaba separado, tramitando el divorcio con mi esposa) para hacer un escrutinio del contenido (menos los muebles que estaban incluidos en la venta) para definir con que quedarme, que regalar o que dejar para que los nuevos dueños, decidieran. Ya el primer día, vinieron a saludarme vecinos, conocidos y un par de ex compañeros de escuela. Luciana fue una de las primeras, alojada en la casa de al lado, no tardó en detectar mi presencia. Me saludó con vivas muestras de alegría y prometió (y cumplió) venir todos los días para ponernos al día sobre nuestras vidas.
A la tarde del tercer día consumimos un par de tazas de café, siguiendo con el intercambio de relatos de vivencias personales varias, sentados frente a frente en el living, yo en el sofá, ella en un sillón. De pronto noté que Luciana, cada pocos segundos, me enviaba miradas furtivas y leves intentos para llamar mi atención: cruzar y descruzar las piernas, tamborilear los dedos en el apoya brazos, pequeños suspiros,….. Finalmente se incorporó y vino a sentarse a mi lado. Se quedó largos segundos con sus ojos fijos en los míos, suspiró una vez más y:
– ¡Juan!!!…¿Cuántos años hace que te conozco? –
– Siempre nos llevamos muy bien ¿no es así? – continuó
– ¿Por qué, en todo este tiempo, nos conformamos en ser sólo amigos? – agregó.
Me pareció que estaba turbada, ansiosa y no se esforzaba en disimularlo.
De sorprendido y perplejo pasé a verla de forma diferente, a tomar conciencia que, sin tapujos, ella me daba a entender el deseo de cambiar nuestras relaciones de amistosas a amorosas.
-Sí, nos conocemos desde hace más de 30 años y, concuerdo, siempre fuimos muy compinches. Ganas no me faltaron de algo más y, no me faltan ahora pero ¿y tu marido?-
-¡No me hables de ese cretino!!-
A juzgar por los ojos, su aversión no era sólo hacia alguien, sino contra toda la humanidad.
Con la intención de distenderla, le dije en broma:
-No sabía que te habías casado con uno de la isla de Creta.-
Le gustó la ironía, aflojó la expresión en su rostro:
-No es el caso de mi cretino. El sufre de cretinismo total. –
Le acaricié una mejilla, le rodee el cuerpo con mi brazo derecho y la atraje hacia mí y, por primera vez en tantos años, rocé con mis labios los suyos. Eché hacia atrás mi cabeza para calibrar el efecto de mi atrevimiento o tanteo para calibrar hasta donde avanzar.
En sus ojos vi reflejadas mis fantasías eróticas y los incendios de su mente. Inmediatamente después de un corto período de contemplación percibí como su piel exudaba un aroma seductor irresistible.
Ella debe haber recibido el de mi piel exacerbada. Nos besamos desaforadamente.
La vetusta cama de mis padres, se vio sacudida del letargo de tantos años, y sometida a solicitaciones más propias de veinteañeros que de un par, próximos a los 50 años de edad, desmadrados por la pasión y el placer mutuo. Desde esa tarde, me sentí y comporté como un adolescente enfermo de amor. Luciana pasó a ser casi todo en lo que puedo pensar. O estoy con ella, o ella está en mis pensamientos.
En rigor, hace más de un año que está conmigo, ella también dejó su casa paterna. Y a su “cretino” por supuesto. Disfrutamos en cualquier momento y lugar del calor mutuo y del aroma íntimo de la mujer deseada, yo.
El amor es increíble a cualquier edad. Aun me pregunto cómo, teniéndolo a la vista tanto tiempo, tardé tanto en reconocerlo.
Quiero envejecer junto a ella.
Pensándolo, con la perspectiva que da el tiempo, creo que me casé con mi primera esposa, por el hecho de que era hermosa y estaba enamorado aunque no tenía idea cabal de nuestras aptitudes para unirnos y convivir. Con Luciana comparto, además de tres décadas de amistad y de confidencias, la pasión por la literatura, el intercambio/crítica de ideas, la afición por el teatro, los viajes. Lo cual, no es garantía del 100% pero es una buena receta para la compatibilidad y convivencia a largo plazo.

Los momentos a tu lado

Por qué siempre sabes que estaré aquí…

Como bien sabemos no todas las historias comienzan con un “Había una vez” así que esta historia es un poco especial.
No siempre el primer amor es tu primera novia en la vida, así que esta es mi historia de mi primer amor grande y verdadero. Mi nombre es Alberto, un chico desorientado, tal vez por la sociedad, tal vez por gusto propio no es algo que podamos apreciar con simple facilidad, lo único que se hoy es que estoy enamorado, sí enamorado de la persona más maravillosa del mundo.
Creemos que las redes sociales solo son para aparentar lo que no somos, para creer que podemos ser más de lo que demostramos pero en ocasiones encontramos un poco más que eso, así es como empieza mi historia de amor, en un día tan casual como cualquier otro llegas cansado aburrido o simplemente sofocado de la vida tan cotidiana en la que interactúas, prendes tu ordenador, celular y todo aquello que te comunica con el mundo solo para saber que ella está ahí, los nervios te matan y la ansiedad es cada vez mayor. Si es ella, quien no conoces y cuentas todo lo acontecido en tu día, a quien le cantarías y dedicarías canciones el resto de la noche.
Llega el preciado momento en que la conocerás en persona y ahí esta tan radiante como siempre, sabes que la conoces y te conoce y nunca han cruzado palabra, tu cuerpo tiembla de emoción, tu boca se paraliza y no sabe más que tartamudear cada que se presta la ocasión, pero no paras es tu momento y oportunidad. No puedes mentirte, no puedes dejar de mirarla, y tu mente empieza a jugar contigo, divagas y quieres decirle todo lo que sientes, pero crees que no es el momento, o peor aún ella no siente lo mismo, decaes en el miedo y desesperación, pero lo afrontas y disfrutas el momento, pasan los días, las horas, los minutos y segundos y llega la segunda cita después de varias llamadas y decides que debes afrontarte a tu temores al amor.
Ahí está ella caminando en un día nublado y lluvioso, pero nada de eso importa ella va tu lado podría estar cayendo el cielo en pedazos y nada de eso importaría al fin sientes que hay un destello de luz en tu corazón, una diminuta pero valiosa sensación de que ella se fijara en ti, de repente llega un punto crucial antes de la despedida, sabes que es el momento adecuado, tu respiración es más rápida, tu corazón acelera, tiemblas de emoción y de temor, no sabes que harás, sin pensarlo estas en el momento más romántico de tu vida un beso bajo la lluvia, en un día tan especial para ti desde ese momento, son solo unos segundos pero no quieres que termine nunca, mas sin en cambio no tienes como congelar el tiempo así que es inevitable una despedida, pero eso no es un problema puedes esperar y continuar por qué sabes que solo será un momento, y ahora solo aguardas a que el tiempo pase más rápido para volver a estar a su lado, escribes todo lo que viene a tu mente con relación al amor, buscas cualquier excusa para decir lo valiosa que es ella para ti y sabes que es la verdad la amas y quieres imaginar toda una vida a su lado.
Ahora ha transcurrido más de un año y hemos vivido nuevas experiencias y tanta felicidad ella me ha dado no cambiaría ni un pequeño momento que he estado a su lado, este apenas es el presente y aun no sé que me depare el futuro a lado de ella, solo sé que será un:
“Vivieron felices para siempre”.

El centavito

Me acosté en la cama y mirando al techo pensaba la manera de cómo resolver este problema…

Si no me equivoco fue en el mes de enero, habíamos entrado a clases después de las vacaciones de navidad y de fin de año, recuerdo que estábamos en clase de ciencias sociales donde la licenciada nos estaba dando un poco de historia, topamos el tema de la dolarización en nuestro país en qué año se dio y con qué presidente.
Vale la pena recalcar que siempre en mi vida de estudiante me gusto sentarme en los últimos asientos del curso porque ahí podíamos conversar más y armar el relajo en fin…… estaba con el Esteban burlándonos de nuestros compañeros, poniéndoles apodos, etc.
  • - Oye mírale a la Cabezas
  • - Pasa solo riéndose – Dije
  • - Simón…….. Parece el huaso de Batman has visto – dijo Esteban
  • - Ha simón…….
  • - Oye vele la nariz de la licenciada
  • - Parece la de condorito – dijo Esteban
Sin poder controlar la risa solté una carcajada en una voz no muy alta, pero la licenciada me escucho.
  • - Haber usted señor – Me dijo la licenciada señalándome con el dedo
  • - Se ve que está bien interesado en la clase -
  • - Debe saber bien todo sobre la dolarización, para que se ande riendo -
Yo no dije ni una palabra estaba un poco asustada por lo que podía pasar minutos después, empecé a sudar y creo que me puse rojo y no tenía nada en la mente. La verdad no sabía ni de qué tema estaban tratando aquella clase.
– A ver si tanto sabe ¿dígame cual fue la fecha histórica donde el Ecuador cambio su sistema monetario, con qué presidente fue y a que moneda llego?
Me quede callado por varios segundos, estaba muy nervioso porque no tenía ni idea de lo que me estaba preguntando.
  • - Señor esto no es un circo para que se venga a reír acá -
  • - ¿Haber por lo menos dígame que moneda llego al Ecuador?
Sin saber que responder regrese a ver de manera disimulada al puesto de atrás con cara de ayúdame, donde estaba mi compañero Saiz,
Pero claro esta pedirle ayuda a él era el peor error que pude cometer, después de unos segundos me decía en voz baja el centavo el centavo, entonces respondí en voz alta el centavo, todo el curso se soltó en risas en especial el Saiz se cagaba de la risa, cuando todos se calmaron la licenciada me dijo
– Mire señor esta es la última vez para la otra le saco de la clase y me trae representante –
Desde ese día mi apodo era el centavo donde mis amigos me veían me decían ese apodo y a menudo me hacían bromas, la verdad si me molestaba que me digan así, en ese entonces tenía una novia mayor para mí con dos años, ella estudiaba en el colegio 10 de agosto se llamaba Valeria.
Lo que era a diario quedamos en vernos en el parque Italia después de clases, para acompañarle hasta su casa ya que ella vivía en coticilla, no le había contado sobre mi nuevo apodo pero un día cuando estaba en el bus fuimos con un compañero el mano estaba en 1er curso era un vecino de mi barrio se llamaba Diego, estábamos sentados en la parte de atrás del bus.
  • - Oye mi amor que tal como te fue en la prueba de química – Pregunte
  • - Más o menos mi vida – respondió Valeria
  • - Oye mírale a ese chico tiene unas orejas muy grandes -
  • - Si…… en el colegio le dicen rumbo – dije
  • Soltó una carcajada y me dijo
  • - Te amo – y me dio un beso
  • - ¿Oye serio a voz porque te dicen centavo? – dijo Diego
  • - ¿Cómo? – dijo Valeria
  • - Al Alex le dicen centavo ¿no sabría? -
  • - No sabía -
  • - ¿Por qué te dicen así mi amor? Me pregunto Valeria
Yo un poco disgustado con Diego por aquella pregunta que hizo, no quería que se entere que me decían así pero la ocasión ya me obligo a contarles porque me decían así, al terminar mi relato Valeria se me rio, no de una manera burlona pero si me molesto, y desde ese día ella también me empezó a decir así pero de una manera cariñosa me decía mi centavito, me molestaba que me diga así pero nunca le dije, hasta que un día se dio cuenta porque decía que cada vez que ella me decía así yo me comportaba diferente.
Una tarde antes de llegar a su casa me dijo:
  • - Alex…… dime la verdad ¿te gusta que te diga centavito? -
  • - La verdad no……. me parece tonto ese apodo – dije
  • - ¿Y por qué? Este bonito -
  • - Pero a mí no me gusta -
  • - ¿Pero por qué? – pregunto Valeria
  • - La verdad es que no me gusta porque……………..
  • - Haber dime tu cuánto vale un centavo o para que te alcanza un centavo, a veces siento que cuando me dicen así no valgo nada o eso es lo que valgo ¿me entiendes? -
  • - Haga¡¡¡¡¡…………. entonces quieres que te diga 100 dólares, ha – dijo Valeria
  • - Sabes que nunca más me vuelvas a decir así, y ya estamos a una cuadra de tu casa no creo que te pierdas, me tengo que ir,…….. CHAO……… – dije
Me di la vuelta y me aleje y me fui a la casa sin despedirme como era costumbre el beso y el abrazo, la verdad estaba muy molesto, en el bus ya más tranquilo fui pensando en si hice bien o mal en molestarme así, pero la respuesta es obvia no debía tratar así a Valeria, llegue a casa con la conciencia que no me dejaba en paz por aquella discusión, me acosté en la cama y mirando al techo pensaba la manera de cómo resolver este problema.
A la mañana siguiente me dispuse a mandarle un mensaje a Valeria para confirmar si ella estaba enojada conmigo.
– Hola ¡!!! ¿Cómo amaneció la princesa más hermosa del mundo? –
Y no me respondió en toda la mañana, me llego un mensaje a las 16:30 en plena clase de matemáticas que decía.
– Donde siempre después de clases –
En ese momento no le respondí, pero yo pensé que ella estaba enojada y me iba a reclamar y a poner condiciones y esas cosas, pero estaba muy equivocado y para serles sincero me sorprendió la actitud de Valeria.
  • - Hola mi amor ¿cómo estás? – dijo Valeria
  • - Ahí más o menos y tu – Respondí
  • - Yo igual, ¿por lo de ayer verdad? -
  • - Si…… sabes no fue mi intención tratarte así perdóname ¿sí? -
  • - Mira mi vida me dolió mucho lo que me hiciste ayer, pero yo te quiero demasiado y creo que estoy en la obligación de ayudarte – dijo Valeria
  • - ¿se puede? -
  • - ¡ayudarme! ¿A qué? ¿Cómo? – exclame
Por un momento pensé esta mano ya me va decir la típica, no te dejes llevar por lo que dicen las personas tienes que estar seguro de lo que vales y cosas así pero me dijo:
  • - Pero tienes que hacer todo lo que yo diga -
  • - ¿si mi amor?
  • Sin interés alguno dije
  • - Bueno mi vida -
  • Valeria soltó una hermosa sonrisa y dijo
  • - Ya mi amor entonces mañana te digo lo que tienes que hacer -
En todo el camino hacia mi casa iba pensando, Y ahora que me ira a pedir pero no se me ocurría nada, al día siguiente me note un poco preocupado pero como siempre he dicho lo que tenga que pasar que pase, miedo solo a Dios
  • - Hola mi amor ¿cómo vas? – pregunto Valeria
  • - Bien mi preciosa y tú -
  • - Ahí bien………. Pero ahora si lo que quedamos ayer -
  • - Tú me prometiste que ibas hacer lo que yo te diga -
  • - Si ¿Qué tengo que hacer? – dije
  • - Tienes que darme todo tu dinero -
  • - ¿quiere? – dije
  • - Solo por un ratito – dijo Valeria
  • - Pero segura que me vas a devolver -
  • - Si – me dijo
Entonces metí mis manos a los bolsillos y saque las monedas que tenía y se los entregue
  • - Del otro bolsillo también – dijo Valeria
  • - Mejor tú saca todo lo que hay – dije
Entonces me reviso en todos los bolsillos que tenía, la verdad no sabía cuánto tenía pero no era mucho, creo que tenía solo para los pasajes.
  • - ¿Y ahora? – pregunte
  • - Date la vuelta y no regreses a ver -
Me di la vuelta como me dijo pasaron unos segundos, parecía que estaba contando el dinero después de unos minutos me dijo ya puedes darte la vuelta
Lo hice para sorpresa mía tenia las monedas en sus manos, me dé volvió las monedas puso en el bolsillo, seguimos como nada hubiera pasado.
  • - ¿Nada más? – dije
  • - No nada más…….. Solo espero que todo salga bien – dijo Valeria
La verdad yo no tenía ni la más mínima idea de lo que quería hacer. pero bueno después de dejarla en su casa nos despedimos y me fui en dirección a la casa cogí el primer bus, por lo general en la noche los buses que van al metro van vacíos entonces fui sentado y escuchando música al llegar a la parada, tocaba hacer cola de aproximadamente 30 minutos hasta que llegue el integrado y había demasiada gente por lo que en ese bus me toco viajar parado igual fui escuchando música todo iba bien hasta ahí sin ninguna novedad hasta que me toco coger el 3er bus cuando me subí igual iba parado estaba por medio del bus porque en la parte de atrás y de adelante no sé porque pero en esos sectores se llenan mucho de gente y para ir un poco más flojo me fui en el medio , cuando oí decir al controlador – pasajes a la mano por favor -, aquel muchacho que cobraba era un joven que había tenido problemas con el por una chica que había estado diciendo cosas que eran mentiras, entonces no andábamos en buenos términos con él, después de que dijo pasaje inmediatamente metí mi mano al bolsillo para sacar mi pasaje cuando saque todo el dinero que tenía los conté tenía solo 11 centavos, con un poquito de desesperación me busque el centavo que faltaba, como era de esperarse no lo encontré.
Cuando iba pasando más el tiempo y el controlador se iba acercando más y más, me desesperaba más y mas no sabía qué hacer, miraba al piso para ver si encontraba una moneda y no encontré nada, me comencé a poner más tenso, por un momento recordé que le di mi dinero a Valeria por un momento pensé hija de…
La verdad si no hubiese sido por ese controlador que para mala suerte justo se asomó ese día en ese bus no hubiera sido ningún problema.
Y ahora a pensar que le digo. La verdad no podía creer que algo que parece tan insignificante en un momento tan determinado te haga tanta falta, como para que te desesperes.
  • - Pasajes – dijo el controlador
Le di los 11 centavos
  • - Pero falta – dijo
  • - Otro día te doy mitin se me ha caído – dije
  • - Así siempre dicen luego nunca aparecen – dijo
Yo para no tener problemas solo me quede callado, pero ya había pasado el temor que tenía y ya más tranquilo pero con un poco molesto con Valeria por lo que sucedió. Al día siguiente al encontrarnos con Valeria me dijo
  • - Hola amor como te fue -
  • - Mal por qué hiciste eso -
  • - Haber haber…………. Antes de seguir -
  • - Dime ¿qué paso? -
  • - No te hagas la t……….. La que no sabes -
  • - Me quede sin pasajes -
  • - ¿Qué? Sin pasajes………….. Yo solo me asegure que te falte 1 centavo -
  • - Si justamente eso es lo que paso – dije
  • - Lo que pasa es que justo ayer ha estado cobrando ese mano que te conté que nos dimos de puñetes por la Camila ¿te acuerdas? – dije
  • - Ups!!!!………. serio? -
  • - Y que te dijo – pregunto Valeria
  • - Yo no sabía qué hacer, y si por ese mugroso centavo que me faltaba se armaba otra bronca en pleno bus? -
  • - Haber mi amor dime una cosa, ¿qué sentiste cuando te diste cuenta que te faltaba ese centavo? -
  • - Ya no viene al caso – respondí
  • - No dime veras que esta parte es la que te va a gustar, pero se sinceró conmigo -
  • - Está bien, está bien……… me sentí un poco desesperado, otros ratos con iras, otros con un poco de miedo por lo que podía pasar, nervioso, no sé son muchas cosas que………….. –
  • Valeria me tapo la boca con su manito suaviza y se acercó a mí muy despacio y me dijo al oído
  • - Ves como un simple centavo que parece insignificante en ese rato te hizo demasiada falta y te puede hacer sentir todas esas cosas feas -
  • - Así es como yo me siento cuando tú me haces falta mi centavito precioso, me desespero por estar a tu lado y que me des un abrazo de esos que me hacen sentirme protegida, y tengo iras cuando llegan los fines de semana por qué no me dejan salir de la casa y no puedo verte, y a veces siento miedo porque pienso que un día puedo perderte, y nerviosa todos los días antes de verte por qué me da miedo que me digas que ya no soy tu angelita. –
  • - Aunque a veces no te de la importancia que te mereces ahora sabes que eres la parte esencial de mi vida eres ese centavito que le falta a mi corazoncito, desde hoy vas a ser y siempre serás mi centavito -
  • - TE AMO -
Todo esto se consumió en un beso largo y profundo.
Y lo único que yo pude decir después de todo esto es GRACIAS.